
El 3 de agosto de 2018, Chile se convirtió en el primer país de Latinoamérica en prohibir la entrega de bolsas plásticas en el comercio, gracias a la Ley 21.100, conocida como “Chao Bolsas Plásticas”. A siete años de su promulgación, surgen nuevas preguntas: ¿qué avances se han logrado?, ¿qué vacíos persisten en la aplicación de la normativa? y ¿cómo avanzar hacia una economía verdaderamente circular?
Fin de vida de las bolsas: el gran desafío pendiente
Uno de los principales temas pendientes es la gestión del fin de vida de las bolsas reutilizables y compostables. Aunque la ley prohíbe las bolsas plásticas derivadas del petróleo —incluso las biodegradables—, no regula qué debe suceder una vez que estas han sido utilizadas. Este vacío genera confusión tanto en consumidores como en el comercio.
Ministerio del Medio Ambiente refuerza espíritu de la ley
En 2024, el Ministerio del Medio Ambiente emitió el oficio N°242592, donde reafirma que las bolsas de comercio reguladas por la Ley 21.100 no deberían contener ningún porcentaje de polímeros derivados del petróleo. Sin embargo, la ambigüedad en conceptos como “componente fundamental” ha permitido que continúe la comercialización de bolsas supuestamente compostables, que en realidad pueden tardar siglos en degradarse.
Confusión en el consumidor y auge del plástico en el delivery
La falta de claridad ha dado lugar a un auge de bolsas plásticas en el delivery, especialmente en supermercados, donde muchas veces se reemplaza el papel por supuestas bolsas “eco” sin certificación visible.
Hacia una normativa más robusta y transparente
Actualmente, el proyecto de ley boletín 16980-12, en discusión en la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, busca modificar la Ley 21.100 para incluir definiciones más claras, prohibir la venta de bolsas plásticas, exigir etiquetado y certificaciones, y asegurar que las bolsas entregadas sean compostables y libres de polímeros derivados del petróleo.