Salud Mental: El impacto de la pandemia

La salud mental se vio afectada por la pandemia y aún queda por comprender cuáles serán los alcances de esta estresante situación que enfrentamos como planeta. El Covid implicó confinamiento, pérdida de seres queridos y disminución de los ingresos. Provocó ansiedad, estrés y trastornos depresivos en parte importante de la población. 

Un estudio de la revista The Lancet, asegura que los casos de depresión y ansiedad en el mundo aumentaron en un 25% producto de la pandemia, donde las poblaciones más afectadas fueron mujeres y jóvenes. En una encuesta de la Organización Mundial de la Salud a 130 países, arrojó que el 60% de la población observada vio interrumpida los servicios de salud mental.

Pandemia enfermó de los nervios

El Termómetro de la Salud Mental en Chile, un estudio que realiza la Universidad Católica con la Asociación Chilena de Seguridad, reveló que en julio de 2020, al inicio de la pandemia del Covid, un 34,6% de sus encuestados se sospechaba o existía la presencia de trastornos de salud mental. Una cifra que disminuyó al 10,4% en 2024, pero aumentó a 13,7% en 2025.

“Encontramos que, en la medida que se impuso mayores restricciones de movilidad y más personas estaban confinadas, veíamos en las mediciones, que aumentaba el porcentaje de personas con percepción de soledad, síntomas de depresión, síntomas de ansiedad, consumo de alcohol y que eso, en la medida que se fue liberando, también vimos que retrocedieron los niveles” analiza la doctora Antonia Errázuriz, docente del departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la PUC y parte de los investigadores de este estudio.

Cambios en el modo de vida

“Es una epidemia que genera tal nivel de disrupción, con medidas adoptadas por la autoridad sanitaria, en que se ha restringido la circulación de las personas y las personas, también a su vez, se han cuidado, alejándose de otras personas… Hay un cierre del funcionamiento de establecimientos que nos arman como personas, estudiantes, trabajadores, consumidores…» continúa la docente Errázuriz.

«El cierre de todos esos espacios, el tener que administrarlos domésticamente, el tener que convivir más cercanamente con tu núcleo, el perder la red de apoyo… Todo esto, además, acompañado de una enorme incertidumbre y de impactos económicos, obviamente, que es algo que uno esperaría, que tuviese enormes impactos en la salud mental” concluye.

“Somos seres sociales, por lo tanto, el distanciamiento que nos obligó la pandemia nos afectó a todos, pero principalmente a las poblaciones más vulnerables, que no tienen el control sobre sí mismas. Y lo otro es el manejo de las emociones más fuertes, más negativas, que nos hacen perder el control de la razón. Al sentirnos estresados, amenazados, considera el director de la Sociedad Chilena de Salud Mental, Carlos Sciolla.

La salud mental cambia durante las crisis

“En momentos de crisis, frente a lo que es incertidumbre, temores y esta sensación de pérdida de control, se espera que haya una respuesta emocional. Y la persona tiene que manejar esta respuesta emocional. Y, si no tiene suficientes recursos, la respuesta emocional puede desbordarse. Es esperado, frente a una crisis, que haya mucha emoción” aporta Isabel Puga, la presidenta del colegio de Psicólogas y Psicólogos.

”El ser humano reacciona a los cambios del entorno, a la incertidumbre y reacciona sintiéndose más estresado, más inseguro, cambiando sus hábitos de vida” complementa la docente Antonia Errázuriz.

Salud mental: brecha social y falta de recursos.

Para la presidenta del Colegio de Psicólogas y Psicólogos existe un problema con respecto al acceso que existe a la salud mental. Ejemplifica con la pandemia, que en Chile existe un problema conectividad que no contribuye a la equidad. 

“La pandemia dejó muy clara la brecha entre las personas que tienen más o menos recursos. Y no me refiero a tecnologías, estadísticas muestran que hay más teléfonos celulares que habitantes en Chile, yo diría que casi todo el mundo tiene Smartphone. El problema es la conectividad, no todo el mundo tiene acceso a Internet”.

La profesional asegura que a esto se suma un problema de recursos. «El presupuesto de salud mental, al inicio de la pandemia, correspondía a menos de un 2%, 1.8% del presupuesto total de salud. 

“De ese 1.8%, un 60% se iba a lo que es administración del hospital psiquiátrico y el resto se iba a atenciones de siquiatras, atenciones de psicólogos y, no hay que olvidar, que hay una cantidad que tiene que ver con ciertas prestaciones que son GES (Garantías Explícitas en Salud) y que, incluyen, medicamentos. 

“Una vez hicimos la cuenta, hace unos años, y el presupuesto era como 120 pesos por persona al mes, en salud mental”.

Cambiar el foco sobre lo que es salud mental

“Habría que cambiar la mirada sobre la salud mental, porque no hay salud, sin salud mental. Es salud en general y la Organización Mundial de la Salud define la salud, como un estado de bienestar. Entonces uno muchas veces dice “tiene problemas de salud mental” y, en realidad, si uno piensa desde una mirada de estado de bienestar, es que uno está en estado de malestar”. 

“Está en un estado de malestar y su estrategia, sus recursos personales, no son suficientes para manejarlo y ahí viene lo que se llamaría el estrés sicológico. Y la persona requiere apoyo y ayuda para esto” reflexiona la presidenta del colegio de Psicólogas y Psicólogos, Isabel Puga.

“Lo que está pasando a nivel internacional, lo que nos exige la OMS y todas las estructuras internacionales, indica que la acción de salud y todos los entes que actúan, tiene que pensar en la persona como centro y sus necesidades” asegura el director de la Sociedad Chilena de Salud Mental, Carlos Sciolla. 

“Es muy importante enfocarse en acciones integrales, con el objetivo final que la persona se sienta satisfecha o encuentre un estado de salud óptimo”, complementa.

Salud mental como un todo

Ambos profesionales concuerdan en cambiar el foco sobre lo que significa la salud mental, en el sentido que no debe ser vista separada de la corporal, sino que como un todo. 

“Puedo experimentar un aumento en mi obesidad, puedo manifestar una sensación de desesperanza, puedo sentir preocupaciones también que son legítimas» analiza la psicóloga Puga.

«Puedo estar un poco más irritable y eso es propio de la crisis. Hay que tener mucho ojo con eso, porque uno dice “la gente tiene problemas de salud mental” y es como que la salud mental fuera una condición en sí y no… es parte de la salud, de este estado de bienestar”. 

“Es una mirada integral, no hay que separar la mente del cuerpo. Cuando estamos un poco más abrumados, nos duele el estómago, la espalda, estamos más cansados, no tenemos energía” complementa.

La comunidad para la salud mental

Otro aspecto que contribuye a una mejor contención de aquellas personas que sufren de síntomas de depresión o ansiedad, es el sentido de comunidad. 

“En las municipalidades hay todo un concepto que se habla de comuna segura y de una mirada de prevención en salud mental, generar relaciones entre los vecinos, que es el famoso enfoque de salud comunitaria, que también prima en la Organización Mundial de la Salud”. 

“Es una mirada donde yo no, solamente, me centro en el individuo, en su propia familia, sino que también en el entorno”, complementa la presidenta del Colegio de Psicólogas y Psicólogos.

“En los países anglosajones hay mucho más trabajo de organización de las personas que están con problemas”, ejemplifica Carlos Sciolli

“Hay muchísimas organizaciones de personas que escuchan voces, que se acompañan. No pasa nada, yo escucho voces, tú escuchas voces, muy bien, somos distintos, somos diferentes” asegura.

“Habría que poner mucho énfasis y atención en lo que es prevención y promoción. Y eso tienen que ser muchos trabajos en la infancia, de prestar atención en la formación de niños, niñas y adolescentes desde la parte del colegio” dice Isabel Puga. 

“Y el colegio no sólo tiene que convertirse en un referente, sino que tener este sentido de comunidad, que permita incorporar a padres, a las madres y al resto de la familia”, concluye.

La contaminación como factor de síntomas de depresión y ansiedad

Pese a que aún los estudios son muy recientes, existe cierta evidencia sobre el efecto adverso que causa la contaminación en la salud mental de las personas. 

Los ambientes urbanos contribuyen a problemas en el sistema nervioso central y también existe relación con cierto deterioro cognitivo. Un estudio chino confirmó un mayor riesgo de trastornos como depresión, ansiedad, psicosis y bipolaridad, en lugares de mucha densidad poblacional.

“Existe un impacto de ciertos tipos de contaminación. Por ejemplo, el ruido, aquellas personas que están en espacios ruidosos, probablemente, van a estar también expuestos a ciertas condiciones de estrés y eso, obviamente, va a afectar a su salud mental”, explica el biólogo en medioambiente y doctor en sostenibilidad de la U Estatal de Arizona, Ignacio Fernández.

“Pero también hay estudios recientes, que lo que están intentando de ver es si hay un efecto, por ejemplo, de la contaminación atmosférica, material particulado”, asegura. 

“Principalmente, lo que se ha visto es que pareciera que sí existe un efecto sobre ciertas condiciones mentales en las personas. Las personas que están en ambientes más contaminados o en ciudades más contaminadas, reportan tener una salud mental peor, que aquellas que están en ciudades menos contaminadas», complementa.

En Estados Unidos también se comprobó que estar en lugares contaminados afecta a las personas con historial depresivo y aumenta el riesgo de sujetos sin antecedentes previos, en especial, si son enfermos crónicos. 

En Corea del Sur encontraron relación en el aumento de suicidios frente a días de mayor contaminación atmosférica. Otro estudio en Londres asegura que los gases tóxicos aumentan de un 18% a 39% el riesgo de problemas a la salud mental.

La calidad ambiental y la salud mental

“La calidad de vida está asociada a muchos factores, el económico, el social, pero también hay un componente importante, que tiene que ver con temáticas ambientales”. 

“Donde vivimos y cómo nos relacionamos con el medio ambiente y, en ese sentido, la contaminación impacta, claramente, de manera significativa, en nuestro día a día” asegura Fernández.

El también investigador científico cuenta que la vegetación influye en el bienestar de las personas, sobretodo en los niños, niñas y adolescentes. 

“Hemos visto que el nivel de vegetación en los colegios es súper importante. Es más importante en el aspecto emocional de los niños, que rendimiento escolar”. 

“Lo que estamos viendo es que, el hecho de tener niños en colegios con mayor nivel de vegetación, hace que sus aspectos emocionales mejoren y, probablemente, en esa situación de mejor salud mental, puedan rendir mejor en las pruebas”.

Ignacio Fernández asegura que durante estas investigaciones también quedó de manifiesto lo importante que es para las personas la limpieza de sus barrios.

“El tema de los basurales es uno de los problemas más importantes, en término de la calidad ambiental en el día a día. Cerca del 80% de las personas investigadas dice que los micro basurales impacta negativamente en su calidad de vida”, asegura Fernández.

“Se sabe el tema de las desigualdades que existen, en general, y muchas veces esas desigualdades se enfocan, principalmente, en temas económicos, pero las ciudades chilenas y latinoamericanas tienen un problema muy importante sobre cómo se distribuye la calidad ambiental”, concluye el investigador.

El autocuidado y rodearse de elementos protectores son una buena forma de mantener un estado mental saludable.

Factores protectores

  • Deporte
  • Buen sueño
  • Buena Alimentación
  • Tomar harto líquido
  • Mantener una actitud positiva
  • Ser parte de un grupo
  • Sociabilizar constantemente

Factores de riesgo

  • Abuso de tabaco, alcohol y sustancias
  • Sedentarismo
  • Ser negativo
  • Aislarse del resto

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