Democracia: ¿Qué es y de dónde viene?

La democracia llegó a través de la historia. Hace 70 mil años la raza humana experimentó una revolución cognitiva con la aparición del lenguaje y otra agrícola al domesticar plantas y animales hace 12 mil años, lo que nos permitió establecernos como sociedad y dejar de ser cazadores recolectores que deambulaban por el planeta.

De ese momento en adelante, las primeras civilizaciones comienzan su desarrollo hasta lo que somos como especie. Hace 5 mil años se observa el uso del dinero, la invención de la escritura y la creencia en religiones politeístas, donde se adoraba a varios dioses y será lo que marcará el sentido de pertenencia de las personas con respecto a sus pueblos.

Primeras sociedades demócratas

Se estima que hace tan sólo 2500 años comenzaron a surgir las primeras democracias. Los primeros indicios nacen en algunos pueblos indios, donde las personas votaban por sus decisiones. Sin embargo, será en Grecia donde, por primera vez, se escuche el concepto democracia, el que viene de las palabras demo (pueblo) y kratos (gobierno).

Atenas y Roma serán dos grandes ciudades que marcarán la historia de occidente como la conocemos, al instaurar las primeras democracias. Mientras los griegos votaban las decisiones, la actual capital italiana se ordenaba mediante un sistema de representantes que duró casi 500 años, en el período conocido como la República.

En ambas democracias, sólo participaban los nobles, es decir, la clase alta de cada ciudad. En ese sentido, se diferencia a las democracias modernas, donde todos tienen derecho a voto y se eligen representantes para que tomen las decisiones.

El estanco de la democracia

De ahí en adelante, durante más de mil años, poco habrá de democracia en el mundo, dominado principalmente por monarquías, donde los reyes tenían un poder absoluto y sin límites. Se desarrollarán ensayos democráticos, pero sin mucha repercusión y siempre ligado a las clases altas de los distintos pueblos.

La carta magna firmada por Juan I de Inglaterra en 1215, fue una de las primeras veces en que se limitó el poder de un soberano. A mediados de 1500, una nación que unía a Polonia y Lituania, instauró un gobierno con una monarquía limitada y un congreso en manos de la nobleza. De acá se copiará, el modelo de monarquía constitucional.

Hace 400 años existe una revolución científica e industrial, donde aparecen también nuevos conceptos como constitución, estado y la soberanía. Ideas que terminarán darán paso a la conformación de las naciones independientes que conocemos hoy.  Durante esta época la democracia será sinónimo de anarquía y rebeldía contra la aristocracia.

La soberanía radica en la gente

Otro paso más hacia delante por parte del sistema democrático tuvo que ver con la carta de derechos de los ciudadanos en Gran Bretaña de 1689. De ahí salieron las ideas que culminará con el proceso de independencia de Estados Unidos y la declaración de derechos de Virginia, en 1776, y también el texto británico fue parte de las corrientes de pensamiento que impulsaron la revolución francesa, la que derrocó a la monarquía y estableció una asamblea nacional que declaró los derechos de los ciudadanos en 1789.

Estos dos hechos influirán en el destino de América Latina, la que comienza a vivir un proceso independentista, donde todos los países logran la emancipación de la corona española, lo que también conlleva la instauración de gobiernos republicanos, que irán evolucionando su concepción de lo que es la democracia como la tenemos concebida, en la actualidad.

Tanto la democracia chilena como la de las ex colonias sudamericanas serán manejadas por las aristocracias, durante 1800. El sistema sólo consideraba el voto de los hombres, los que debían cumplir ciertos requisitos, como ser propietarios de una tierra, tener algún negocio y ser mayor de 21 años. Esto significa que pese a existir el derecho a voto, finalmente, los que decidían el destino del país eran unos pocos.

Participación de mujeres en democracia

Desde la mitad del 1800 comienza un proceso histórico dentro de este incipiente modelo democrático y que es la exigencia por parte de las mujeres de su legítimo derecho a participar de este sistema. El voto femenino se convertirá en uno de los principales debates a nivel mundial, donde inéditamente, mujeres de distintos lugares del mundo se reunían con el fin de organizarse y presionar a sus gobiernos para que las dejen ser parte de las decisiones de la sociedad.

La democracia versus las monarquías

A inicios de 1900 la democracia aún no es un sistema consolidado en el mundo y aún existe en gran parte monarquías. Es decir, reyes que gobiernan sin leyes. Sin embargo, serán dos conflictos bélicos en el centro de Europa los que cambiarán esta realidad y terminarán por derrocar una a una las monarquías o dándoles sólo carácter representativo.

La primera guerra de 1914 verá enfrentada las democracias inglesa y francesa contra las monarquías de Alemania, Rusia e Italia. Estados Unidos logró hacerse de una gran fortuna gracias a este conflicto y luego inclinó la balanza hacia el bando demócrata.

Los países derrotados armaron distintas formas de gobierno, lo que se conoce como sistemas totalitarios. De ahí nace el comunismo en Rusia, cansados del hambre y la derrota de la monarquía en la primera guerra. De hecho, es en este país donde las mujeres se les reconocer por primera vez el derecho a voto, en 1917.

También el nazismo, en una Alemania que resultó muy golpeada tras la derrota y fue el país que más sufrió la crisis económica de 1929, lo que abrió espacio para la popularidad de Adolf Hitler, el que resaltaba el nacionalismo con el fin de devolverle el orgullo a un pueblo muy devastado. Lo mismo en Italia, donde un ex combatiente de la primera guerra, Benito Mussolini, se hizo del poder a través del fascismo, movimiento también nacionalista y estatista en lo social.

La consolidación de la democracia

La democracia deberá enfrentar otro reto para subsistir como un sistema político y será contra estos tres sistemas totalitarios, donde estará incluso a punto de sucumbir. Francia e Inglaterra, hasta ese momento los países con tradición demócrata, fueron invadidos por Alemania, quien los logra tener entre las cuerdas. Sin embargo, pasarán dos hechos que cambiarán el rumbo de este conflicto.

El primero fue que Hitler se volvió paranoico con su par ruso Stalin y decidió atacarlo, lo que rompió el buen lazo diplomático que existía entre ambos líderes. Esto le costó muy caro al nazismo, ya que el ejército ruso no sólo opuso resistencia, sino que provocó un gran desgaste en las tropas alemanas.

El segundo hecho, es que, paralelamente, Japón ataca Hawái con la intención de dejar a Estados Unidos sin dos de sus portaaviones. Sin embargo, lo único que logró fue que el país norteamericano encontrara la excusa perfecta e ingresara a la segunda guerra y, nuevamente, inclinara la balanza. Alemania se ve superada, por el lado del ejército ruso y Estados Unidos socorre a Francia e Inglaterra y, entre todos, vencieron al dictador alemán.

Victoria aliada

La victoria de los denominados “Aliados” significó la caída definitiva de la mayoría de las monarquías en Europa, las que pasaron a segundo plano o terminaron exiliadas de sus territorios, concluyendo así la historia del principal sistema de gobierno que imperó en la humanidad, hasta hace sólo 80 años. Un paso gigante para la democracia, pero no definitivo, ya que aún pasarán cosas que marcarán el camino a lo que hoy conocemos como este sistema político.

Es durante esta época, donde las mujeres consiguen el derecho voto en Chile. Primero para las elecciones municipales de 1934 y luego en las presidenciales y parlamentarias de 1949, lo que significó una expansión importante de las fronteras democráticas del país.

La guerra fría: una amenaza a la democracia

Una vez terminada la segunda guerra, se inicia otro conflicto que repercutirá en este sistema político y que tiene que ver con el bando vencedor. Rusia y Estados Unidos no comparten los mismos principios y comenzarán una competencia por hacerse de la hegemonía del mundo. Un conflicto que tendrá repercusiones graves en sociedades de países con menos recursos. Algunas incluso se mantienen en la actualidad.

Sólo como una referencia local, entre 1976 y 1979 Chile, Brasil, Argentina, Perú, Paraguay, Bolivia, Ecuador y Uruguay están bajo el mando de militares, la gran mayoría cercanos al bando norteamericano. En contra parte, Cuba, Corea, Vietnam, Afganistán y más de la mitad del mundo intentará instaurar el sistema comunista. Alemania, incluso, es dividida entre occidental demócrata, y oriental socialista. Todos divididos por un conflicto donde los verdaderos involucrados no combatieron. De ahí su nombre, Guerra Fría.

Un enfrentamiento que finalizó, simbólicamente, en Berlín, cuando los alemanes botaron el muro que dividía la ciudad un 9 de noviembre de 1989 y la Unión Soviética terminó por desmoronarse. La década de 1990 significará la consolidación de la democracia en gran parte del mundo de occidente y un sistema que sigue creciendo.

La democracia actualmente

Hoy en día, pese a que son mayoría los países que se autodenominan democráticos, se estima que poco menos de la mitad, cumple con las garantías mínimas para considerar que sus ciudadanos pueden ejercer libremente su derecho a ser parte de las decisiones en su país.

Chile se ubica en el puesto 17 de los países más demócratas del mundo, según el ránking Democracy Index 2020 de Economist Intelligence. Algo que representa un desafío constante de mantener y mejorar, en la búsqueda de una democracia cada vez más inclusiva, donde todos ejerzan su derecho de elegir quiénes gobiernan y el interés común de la sociedad.

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